¿Qué visibiliza el arte detrás de un lienzo?
Anterior al pensamiento, anterior a la risa, anterior al amor, anterior a la
vida.
¿Qué es lo que guarda celoso entre
las celdas de cada punto encapsulado en pintura, texturas y sílice?
¿Acaso el arte es sensible al artista o simplemente lo fragmenta para que nunca entienda y se pierda sin
saber que lo moviliza?
¿Qué guarda esa piel, anterior como
un manto de seda o escamas? ¿Guarda el silencio del sol, el frio de la noche o
guarda su alma?
UNO Y EL UNIVERSO...UNO Y LAS PARTES, LAS PARTES Y UNO. SOMOS UN LIENZO INFINITO DE MOLECULAS CONCENTRICAS QUE GIRAN, GIRAN Y SIEMPRE SE ENCUENTRAN CON CADA SER, EN CADA SONIDO, MOVIMIENTO Y SENSIBIIDAD. Cada giro, el aire es distinto, el sonido es distinto, los aromas y el movimiento de la tierra sin mencionar a cada partícula suspendida en el aire que fluctúa en el espacio que conforma la aparente totalidad. También en esa fracción de tiempo suspendido, están las bacterias, microorganismos y parásitos que posee cada ser vivo además de la luz natural que gira alrededor de la tierra y modifica constantemente la sombra de los elementos físicos confirmando nuestra existencia en este plano.
Somos uno desde la partícula que
vuela en el espacio hasta la construcción total del cuerpo físico en vinculo
con su contexto, la tierra que da de comer, el agua que nos mantiene humectados
y vivos, el aire que ingresa a los pulmones y renueva nuestro estado de ánimo,
el aire que proveen los arboles en el inmenso espacio determinado por las
nubes, la tierra que nos da el habitad, nuestro hogar, desde la construcción de
un espacio para poder descansar. El agua que humecta la tierra para que crezcan
los arboles, las plantas, los frutos, la vida.
Que deberíamos pedir a nuestra mente: disfrutar de lo que nos ha sido dado solo por existir.